Hace unos días que en Vigo el sector del metal está de huelga. Piden mejoras salariales, entre ellas una muy concreta: que hayan más puestos fijos y menos subcontratación. Me parece genial que cada uno, sobre todo los trabajadores (que somos la mayoría), pida lo que cree más justo. Pero en el momento en que la reivindicación se convierte en actos de vandalismo y violencia callejera, pierde mucha credibilidad y mucho apoyo de los ciudadanos. Pinchando aquí podéis ver hasta que extremos han llegado hoy, cuando han entrado en la oficina de La Xunta De Galicía. No me quiero ni imaginar lo que significará para muchos que sus expedientes hayan sido perdidos o destrozados. Vergonzoso.
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