Hace aproximadamente 4 años que comenzó LA CRISIS. También hace aproximadamente ese tiempo que la "moda zombi" comenzó a invadirnos a través de la literatura, cómics, cine... Ambas cosas aún se mantienen. Podría decirse que "caminan de la mano" de forma paralela, pero hay unos puntos de encuentro que me gustaría analizar. Me explico...
Los zombis, como ya sabéis, son muertos que resucitan, pululan por el planeta sin rumbo fijo, no razonan y les encanta zamparse a mordiscos a quien se cruce en su camino. Antes de LA CRISIS, nosotros, la sociedad, éramos zombis, aunque con ciertas diferencias: pululábamos por las tiendas, gastando sin pensar, caminábamos, consumiendo compulsívamente, sin importarnos los demás... Vivíamos como marionetas en una sociedad consumista. Ahora, inmersos en LA CRISIS, parece que tenemos la facultad de utilizar el análisis, que hemos despertado de un largo letargo y somos capaces de criticar. Ahora, es muy difícil confiar en las palabras y promesas de los políticos, empresarios e incluso de algunos informativos. Ahora que nos afecta directamente LA CRISIS, nos importa lo que nos rodea. Antes solo éramos un montón de gilipollas, incapaces de ver la que se avecinaba, por mucho que no queramos admitirlo. Ahora seguimos siendo zombis, aunque de otra clase.
Cuando veo un zombi en un cómic o película, moviéndose tórpemente, pienso en qué habrá en esa podrida cabeza. ¿Y si ellos quieren comunicarse, si son conscientes de lo que hacen pero no pueden evitarlo, que el hambre y el deseo de matar los controla más allá de la consciencia? Eso sería tan terrorífico como triste.
Así nos encontramos la sociedad en este momento: gruñimos, llenos de ira por las mentiras que nos han llevado hasta esta situación, por las manipulaciones, por los casos de corrupción, por el gasto público incontrolado... Pero aún somos conscientes y aún debemos vivir con los remordimientos, por lo tanto nuestra única arma es gruñir; en las redes sociales, en la calle, en la televisión... Gruñir sin parar y desconfiar. Una mezcla tan terrorífica como triste, que es la semilla de un final poco prometedor.
A mi alrdedor solo veo mentiras, así que la mayoría de los días creo mi propia realidad. Una realidad donde aún mantengo la esperanza de que un político salga públicamente a reconocer que en este país ninguno de los de su calaña dice la verdad, que les importamos una mierda, que no controlan la situación y se limitan a obedecer órdenes desde Alemania, que no está interesado en ninguna ideología salvo la de superar esta situación, que solo promete que hará lo que pueda sin resultados concretos. El día que un político diga eso, una luz brillante aparecerá en el cielo y se habrá obrado el milagro, pero como yo soy ateo, mi propia esperanzadora imaginación a veces me traiciona.
Para acabar ya, no quería olvidarme de un vídeo juego y una película de próximo estreno. Resident Evil es probablemente la saga más importante que se ha creado para consolas. Como todos los vídeo juegos, cuando te matan, cuando se te acaban las vidas, vuelves a comenzar, sabiendo a lo que te enfrentas, con más experiencia y energías renovadas. Por otro lado, Guerra Mundial Z es el título de la esperada adaptación al cine de la novela del mismo nombre, donde el ser humano lucha para sobrevivir a una plaga mundial de zombis. ¿A dónde quiero llegar? Sencillo: estamos en una situación económica mundial de colapso, donde el sistema capitalista ha demostrado que no funciona, y una solución podría ser "reiniciar" el sistema, volver a comenzar con energías renovadas y más experiencia, en un enfrentamiento armado que eliminiaría población, sembraría la destrucción (que luego habría que reparar creando los consiguientes puestos de trabajo que a día de hoy no existen) y con nuevos líderes, lo que se traduce en nuevas esperanzas.
Llamadme loco, quiero estarlo pero, o alguien se preocupa de verdad por la situación, o pasaremos de ser zombis a no levarntarnos jamás.