BALAS PERDIDAS

Llevo unos días leyendo la serie Balas Perdidas del autor David Lapham, editada en formato tomo de novela gráfica por La Cúpula. Hasta la fecha he leído los tres primeros, pero ya hay un cuarto. La verdad es que esta serie me está dejando un muy buen sabor de boca. Las historias que nos cuenta Lapham tienen un claro estilo de género negro, pero con un aire dramático en cada una de ellas que, cuando acabas de leer, te obliga a hacer una reflexión. Porque sus historias son duras, oscuras, sangrientas, tristes y muy posibles. Y eso es lo más preocupante, la posibilidad de que gente así exista y forme parte de un mundo en el que debería prevalecer la cordura. La mayoría de los personajes arrastran algún drama personal y sus pequeños universos propios se cruzan entre sí, así que puedes leer una historia en la que un personaje sea el principal protagonista, pero a la vez recibir información suficiente sobre otro personaje y sobre los cambios en su propia vida personal. Lapham crea con su Balas Perdidas, su propio mundo para dejarnos ver lo más importante y obligarnos a adentrarnos en él sin levantar la cabeza del cómic hasta la última página. ¿Por que quién no quiere saber lo que le ocurre a una mujer que sólo se ve atraída por hombres casados sin importarle las consecuencias? ¿Quién no desea saber porque un hombre desea que su mujer muera para poder realizar sus fantasías sexuales con otras mujeres? ¿Quién no se pregunta que pasará con una niña psicópata, asesina en serie, que recorre el mundo sumergida en sus fantasías...? Y esto es sólo la punta del iceberg. Por esta estupenda forma de narrar historias sencillas y cercanas con un velo deforme y aterrador, se le concedió el premio Eisner como mejor guionista y dibujante en 1996, y ha sido repetidamente nominado y premiado con otros diversos premios del medio. No dejéis de leer las obras de David Lapham, y sobre todo, no dejéis de leer este Balas Perdidas porque merece muy mucho la pena.