Ha llegado el tan deseado momento. Coger los bártulos, subirme a un avión y alejarme del día a día para dar paso a la improvisación, a la relajación y a todo lo que se suela hacer (o a no hacer) en vacaciones. Voy a desconectar para volver con fuerzas y energías renovadas. Lanzarote me espera, Barcelona me espera. Yo espero que todos estéis ahí cuando vuelva. ¡Hasta luego!
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