Terror a ratos -El niño y el palo-

Érase una vez un niño y su palo. No era un palo grande, y el niño tampoco. No era un palo especial, y el niño tampoco. No era un palo bonito, y el niño tampoco. Pero ambos eran amigos. Paseaban por el bosque, cazaban bichos, cavaban agujeros... Fueron inseparables durante mucho tiempo. Hasta el día en que el padre sorprendió al niño regalándole un adorable perrito. El palo quedó al margen de la nueva relación niño-adorableperrito. Fue olvidado en el suelo, pisoteado en ocasiones sin la más mínima atención. Y así pasaron los días, semanas, e incluso meses. El niño no había apenas crecido, pero el adorableperrito se había convertido en un perro fuerte y grande. El niño quería jugar con el adorableperritofuerteygrande, así que buscó algo en el suelo para lanzárselo. Y, qué casualidad, fue a coger a su amigo el palo. Por un instante el niño lo miró, lo reconoció, pero no se inmutó y siguió con ese didáctido juego de "yo te lo tiro y tú me lo traes". Pero en esta ocasión el final cambió, porque el adorableperritofuerteygrande no volvió con el palo. De hecho, no volvió nunca, porque, de alguna inexplicable manera que aún así intenta ser explicada, el animal cayó por un precipicio y murió. El niño lo encontró con el cuello roto y el palo en la boca, el cual parecía tener dibujada una macabra sonrisa en su dura corteza

No hay comentarios: