Tengo vértigo. Es un mareo interior, que no tiene nada que ver con las alturas. Es un mal pensamiento que crece y echa raíces.
Tengo vértigo. No me deja ver, me nubla la vista y me pone la zancadilla para que caiga en mi propio rencor.
Tengo vértigo. Es un latigazo que me arranca una parte del corazón y hace que el estómago prenda en llamas.
Tengo vértigo. Hace que me olvide del lado bueno de las cosas y de la gente.
Tengo vértigo. Un chispazo de luz me despierta de mi ignorancia. Me mira, la miro, y la esperanza vuelve a surgir.
Tengo vértigo. La luz se apaga, hay demasiada oscuridad.
Tengo vértigo. Mis palabras sucumben a la carne y todo vuelve a empezar.
Tengo vértigo. Sentado, de pie, arrodillado, tumbado, dormido, despierto...
Tengo vértigo. Detrás mío sólo hay recuerdos que añoro.
Tengo vértigo. En continua lucha contra el tiempo, el cual lo estropea todo.
Tengo vértigo. Quiero dejar de tenerlo.
Tengo vértigo. Pero estoy solo...
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