Desde que las redes sociales irrumpieron en nuestras vidas la forma de relacionarse, de informarse y de promocionarse (entre otras cosas), ha cambiado mucho. Yo soy uno de los que aprovechan estas redes y de los que desde luego no pueden negar el lado positivo que tienen. Pero también hay un lado negativo, el cual me parece un tanto preocupante.
La comunicación es esencial en el día a día y relacionarse con los que están a nuestro alrededor, sentirse integrados en la sociedad y formar parte de ella, es necesario para casi todos. Lo que ocurre es que con las redes sociales, esa necesidad es llevada a su máximo exponente. Empiezas creando una cuenta por "curiosidad", la gente habla de las redes sociales y, aunque en un principio te muestras reacio a ellas, finalmente acabas vencido por lo que comentaba antes: la curiosidad. Una vez creas la cuenta, investigas su funcionamiento, te encuentras con gente a la que habías olvidado, contactas con compañeros de trabajo, amigos que quedan demasiado lejos... Poco a poco, vas entrando en "el juego" y, cuando te das cuenta, tienes un buen montón de "amigos". Y ahí empieza el problema. Si no tienes un objetivo claro de por qué formas parte de una red social (encontrar a un ser querido, encontrar trabajo, encontrar pareja, promocionar tu trabajo...), acabas perdiendo el control. Vale, puede parecer excesiva esa afirmación, pero no lo es. Si la única motivación es tener "amigos", os recomiendo que sigáis utilizando la vieja fórmula: salir a la calle, tomarte una copa y relacionarte de verdad. La amistad se va "cultivando" día a día, y no es una tarea tan fácil como clickar con el ratón sobre "agregar a mis amigos". De lo contrario, acabarás enganchado en un juego que, lejos de integrarte en la sociedad, te alejará de ella. Un ejemplo gráfico: supongamos que tenemos 200 "amigos". Nos sentamos en una silla y enfrente los sentamos a ellos, los cuales comienzan a hablar y a comentar cosas. ¿Sería posible contestarles a todos? ¿Sería posible seguir todas esas conversaciones? ¿Serían todas esas conversaciones de tu interés? La respuesta es "no". Posiblemente de esos 200 amigos, 3 o 4 fuesen los que realmente mantendrían un perfil parecido al tuyo (o mío) y con los que congeniaríamos de forma natural. Entonces... ¿para qué el resto? Pues por pura satisfacción personal. Para seguir sumando amistades y sentirnos importantes, para sentirnos integrados (nuevamente) en una red social que, a su vez, está integrada totalmente en la sociedad. Un "me gusta", un "retwitteo"... eso nos hace sentirnos importantes. Pero... ¿y todo el tiempo que necesitamos para atender a tantos "amigos"? Al final, integrarte en la red social te aleja de otras cosas que acaban siendo más importantes. Incluso parece que, como formas parte de una importante red social, la gente tiene la justificación de pedir amistad o dejar un comentario, cuando en la "vida exterior" ni te dirigían la palabra...
¿Y qué hay de la privacidad de cada uno? Ahora parece que contar en tiempo real tus movimientos diarios es lo más normal del mundo:
-Buenos días. Me acabo de levantar y me voy a dar una ducha.
-Que bien me ha sentado la ducha. Voy a ver si desayuno.
-Llegando al trabajo tarde otro día más...
-Estoy hasta las narices de mi jefe.
-¡Qué buena está la secretaria nueva!
-Voy a comer un bocadillo de jamón. Hoy no hay tiempo para más.
-Acabando la jornada. Estoy reventado...
-Salgo a tomar una cerveza con los compañeros de trabajo. Con suerte igual me ligo a la nueva.
-Ya en casa. La nueva apenas se ha fijado en mí y vuelvo a casa con unas ganas de echar un polvo...
-Buenas noches. Hasta mañana.
Viva la privacidad... Por no hablar de los que cuelgan fotos de sus casas o hijos, pensando que tienen el control de esas fotos una vez las suben a las redes sociales. No importa que los rumores de venta de nuestros datos personales cobren cada vez más fuerza. Lo importante es sentirse parte de un todo, aun sin saber muy bien qué es ese "todo".
No me mailinterpretéis, debéis leer lo que he escrito entre líneas. No soy un enemigo de las redes sociales, formo parte de ellas y tengo claro para qué quiero hacerlo. Tienen muchas cosas buenas, sin duda. Pero hay gente que, a mi entender, pierde el control. De tanto contar las cosas en las redes sociales olvidan hacerlo a sus más próximos cuando tienen la ocasión.
En fin, me he quedado agusto. Supongo que muchos estaréis a favor y otros muchos en contra de lo que digo. Voy a colgarlo en las redes sociales a esperar vuestra opinión :P
2 comentarios:
De acuerdo con el tema. Conozco un amigo que al principio se reía de que todo el mundo tuviese la imperiosa necesidad de comentar qué hace a cada momento. No hace mucho, al volver del cine con él, vi que tenía puesto una actualización en Facebook sobre qué película, en qué cine y con quien ha ido a ver eso. Hay gente que supongo que tiene la necesidad de estar localizado en cada segundo (ejemplos como "estoy comiendo en Paquito´s Bar con Jimena Pérez", junto a un mapa con la localización exacta).
A mí me da miedo...
Yo conozco gente que le pasó lo mismo cuando irrumpieron los móviles en el mercado: "yo paso de los móviles". Ahora no lo sueltan...
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