Preguntas...


Sin respuesta.
Flotando en mi cabeza, una y otra vez. Se encuentran, se saludan, y siguen mudas.
Busco una mirada amiga que me indique el camino. Busco la señal que me libere del destino. Pero sólo veo oscuridad. Formas que se evaden de responsabilidades, soltando una ligera risa burlona que me hiela el corazón.
El final debe estar lejano, aunque podría alcanzarlo, pero entonces no sería mi final.
El sudor frío me recorre la espalda, mi columna se convierte en una escalera, en una atracción para fijar mi atención.
De repente me doy cuenta de que tiemblo y a tientas recorro la habitación. Con mis ojos muertos, deseando un leve chispazo que me diga que sigo siendo yo, que la locura no es conocida y que aún tengo una oportunidad.
Tropiezo, me caigo, me levanto, vuelvo a tropezar... Ahora mis ojos inútiles muestran mi debilidad y se humedecen. Me concentro en oler, en oir, en sentir... Pero todo esfuerzo es vano, el vacío es tan grande que está vacío.
Me rindo. Me derrumbo. Me rompo.
Es en ese momento cuando el juego vuelve a empezar.
Es entonces cuando me parece ver una silueta conocida ante mí.
Es en ese preciso instante cuando retumban en mis oídos una serie de palabras con sentido: "¿Me oyes?".
Una pregunta...
Muevo los labios. O creo que los muevo.
Me lanzo de cabeza hacia más dudas.
Sin respuesta.

1 comentario:

EVA dijo...

Ains señor, estamos todos buenos!

Es bromilla, me ha encantado...hijo que bien describes lo que tiene uno en la garganta...

Venga, GÜenas noches....yo si sé lo que hay al otro lado de la escalera....jejjjjejejejejee...
Todavía no está preparado, estoy en ello, ya verás...........xD