Lucha a muerte

Llegó sigilosamente, mientras dormía, y me atacó sin que tuviese tiempo a reaccionar. El primer día creí que podría con ella yo solo, pero el segundo tuve que ir en busca de ayuda. La mujer de la bata blanca comprendió como me sentía y me dio armas en forma de recetas. Hoy es el cuarto día y, aunque en este momento me siento más lúcido, aún no puedo confiarme. Si bajo la guardia es posible que me remate y podría ser fatal. Así que estaré ausente algún día más para conseguir llevarme la victoria y volveré con vosotros con fuerzas renovadas. Estoy hablando de la gripe, por supuesto...

No hay comentarios: