Llevo horas mirándolo. Mis ojos parpadean solo lo necesario para no perderme ningún detalle. Es mi reflejo, soy yo, pero aún así, cada vez que lo miro, me muestra algo nuevo, algo desconocido para mí hasta la fecha. El reflejo se deforma durante un momento para llevarme de viaje al pasado. Imágenes como fotogramas se mueven a su antojo y se internan en mi mente, en mi corazón, para que aún sean más difíciles de olvidar. Rostros y voces conocidas me cuentan cosas que ya sabía pero que no quería admitir. Y, de repente, su mirada. Y ahí se detiene todo de nuevo. Su mirada clavada en la mía, como si yo fuera su reflejo. Me observa y espera a que haga algo, quiere que le enseñe el camino. Pero yo no conozco el camino, solo doy pasos al azar esperando hacer lo correcto. El juego me aturde y decido terminar con él. Golpeo el reflejo y estalla en mil pedazos. Pero poco después lo busco, lo necesito para no sertirme solo de nuevo... No aparece, lo he asustado y ahora tendré que seguir avanzando solo en este juego... El juego de la vida. Que espero no haber perdido...
1 comentario:
Me gustan tus escritos,pensamientos,reflexiones....etc....
Un beso
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